Vi el paseo de la sonrisa
por sus ojos brillar.
Era un momento de gloria,
pues parecía no terminar.
Su familia era tan persistente
que siempre se hacían notar.
En las festividades, en las tristezas.
¡Siempre estaban para mi mano tomar!
II
Pero un regalo sin compromiso
fue lo que en diciembre despertó,
una desilusión en aquella mamá
que muy triste la dejó.
Segada por el dolor de su hijo
pues ya no tenía un amor,
decidió enviar su exnovia
un regalo según su convicción.
Y la muchacha llena de impresión,
se quedó con un solo detalle:
La dedicación, que decía especialmente
«Que Jesús conceda los deseos de tu corazón».
Terrible algarabilla esa mañana de enero,
en un mes donde el viento sopla fuerte,
el alma es delicada y las flores se caen.
Y el dolor es insoportable y el corazón lo sabe.
«¡Orgullo y prejuicio!», pensó la chica.
Más alguien respondió: «no,
es tregua, es reconciliación, paz y gracia;
de un amor no previsto que
pasó por las faldas de la familia.
Muchas gracias por enlazar la entrada. Saludes.
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