Vida

Mi niña hermosa,
juega conmigo.
Abriga mi cruz,
que es también tuya.

Amada mía,
trabaja conmigo.
Quiero que seamos uno
fundidos con armonía.

Esa sonrisa altiva
que ilumina los horizontes
es la que busco yo
bajo los escombros de la noche.

Querida niña,
nacida de mí,
fuente viva
cariñosa sin fin.

Veladora romántica,
pecadora hiriente,
misericordiosa
y muy clemente,
déjame contigo para siempre.

Espero que te haya gustado mi estilo de escritura ¡Dejá tu opinión!


Deja un comentario