Te escuché voz mía.
Algo querés decirme
desde hace tiempo
y no te lo he permitido.
Ha llegado el momento
de que estemos juntas.
Arrojá todo de una vez por todas.
Y que mi fe sea capaz
de dar respuestas a
todas tus aventuras.
Si no te escucho
seguirás pertubando mi abismo.
Llegó la hora
de la soledad infinita.
Con libros, lápiz,
lapicero y papel en blanco,
tinta gastada por todo el diario.
¡Mis palabras serán tuyas voz mía!
Te escucho, te siento.
Estamos en sintonía.
Bonitos versos que inspiran. Saludos.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias Ángel. Me alegran que te gusten. Abrazos desde Nicaragua. Saludes.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Saludos hasta Nicaragua. Abrazo caluroso.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Te estaré leyendo. Me ha gustado.
Me gustaLe gusta a 1 persona