En el lejos murmullo,
en el temple desconocido
dime padre, ¿de qué color estás vestido?
En el silencio que me abraza,
en la cruda que me entorpece
y se asoma en mi pecho como un dolor incesante,
dime padre, ¿sientes lo mismo?
En la llanura de mi cuerpo
que choca con tu baldosa fría,
dime padre, ¿me estás viendo?
A mí misma ensangrentada,
en tu regazo me recuerdo
y este retoño que aún aguarda,
será tuyo, desde que me diste el aliento.