¿A quién no nos gusta que nos cuenten una historia en el menor tiempo posible? Esos relatos tan impresionantes sobra la cotidianidad.





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En la frontera
Escribí este poema cuando estaba en Choluteca, Honduras.
Volveré
¡Regresé! Publicando más poesía más alguna narrativa escondida.
Campo verde de verdades despiertas
Mi abuelo tenía 76 años cuando murió de cáncer. Su cara alargada, sus dientes perfectos, su semblante alegre y la altura de su cuerpo… No lo he de olvidar.